2024
Solté las riendas del proyecto, confiando en la capacidad de Dios para manejar las cosas y cumplir Su buen propósito.
Lo único que podemos, y debemos perder es el falso sentido de nosotros mismos como físicos y mortales.
Dios, que es la Mente infinita y verdadera del hombre, nos revela una visión muy diferente de la realidad. En lugar de las evidencias de la mortalidad, Él nos muestra la sustancia hermosa y pura de la semejanza de Dios.
Oré para que el perro estuviera a salvo y que nada pudiera lastimarme porque yo era una hija de Dios.
Cada uno de nosotros tiene la capacidad inherente de desarrollar esta comprensión del “ser científico” y demostrar que este sentido espiritual trae progreso de manera adecuada y satisfactoria.
Mejoré en reconocer y descartar los pensamientos negativos disfrazados de mi propio pensamiento, reemplazándolos con lo que sabía que era verdad sobre mí por ser la expresión de Dios.
Me sentí confiada en el conocimiento de que la ley divina por la cual Jesús sanó es igualmente aplicable y eficaz hoy en día.
Tener el valor de dar un paso atrás, de seguir la guía de Dios, fue la lección más sustancial aprendida durante ese año, y abrió el camino a seguir.
Todos tenemos el discernimiento para detectar y rechazar todo aquello que no es legítimo y bueno.
Somos capaces de ver que todo está bien con nosotros porque un Dios completamente bueno, la Mente divina, es la fuente de lo que realmente somos como semejanza de la Mente.